Un ratón se encontró con un gran gato en un desván, que lo acorraló en una esquina sin dejarle escapatoria. El ratón le dijo, temblando: “Por favor, señor Gato, no me coma. Tengo que volver a mi hogar. Mis hijos me esperan hambrientos. Déjeme huir.” El gato le respondió: “No te preocupes. No te voy a comer. No se lo digas a nadie, pero yo soy vegetariano. No puedo comer carne, así que has tenido suerte al encontrarte conmigo.” El ratón le dijo: “¡Ah! ¡Qué día más maravilloso! ¡Qué ratón tan afortunado soy! ¡ Mira que topar con un gato vegetariano!” Pero al instante, el gato se abalanzó sobre el ratón, lo inmovilizó con las zarpas y le clavó sus afilados dientes en el cuello. El ratón agonizante preguntó al gato con su último aliento: “¿Pero no habías dicho que eres vegetariano y no puedes comer carne? ¿Era una mentira?” El gato dijo relamiéndose: “No, no puedo comer carne. No te he mentido. Por eso, voy a llevarte en la boca y te voy a cambiar por lechuga.”
1Q84 - Haruki Murakami
05/01/2013
Por favor, señor Gato, no me coma
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